La vacuna contra la polio se fabrica a partir de virus de polio inactivos. En el pasado, se usaba una vacuna oral que contenía el virus vivo de polio. Sin embargo, debido a que existe un mínimo riesgo de contraer polio a partir de esta vacuna oral, ya no se recomienda su uso. Hoy en día, la vacuna contra la polio se administra mediante inyección en el brazo o pierna.