Terapias con ondas de choque

Las terapias con ondas de choque son un tratamiento no invasivo que utiliza ondas acústicas de alta energía para tratar diversas afecciones musculoesqueléticas. Este método se ha convertido en una opción terapéutica importante debido a su capacidad para estimular la regeneración de tejidos, reducir el dolor y mejorar la movilidad. Se emplea comúnmente en el tratamiento de tendinopatías, fascitis plantar, calcificaciones y otras lesiones crónicas. Su eficacia y seguridad han sido respaldadas por numerosos estudios clínicos, lo que la convierte en una alternativa valiosa frente a tratamientos más invasivos.

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¿Para qué sirve la terapia con ondas de choque?

Se utiliza para tratar diversas afecciones musculoesqueléticas y tendinopatías crónicas. Este tratamiento es particularmente efectivo en casos de fascitis plantar (en la planta del pie), tendinitis del manguito rotador (en la articulación del hombro), epicondilitis lateral (codo de tenista), tendinitis aquílea y calcificaciones en el hombro. Además, se ha demostrado que las ondas de choque pueden ser beneficiosas en la estimulación de la reparación ósea y en la mejora de la circulación sanguínea en áreas afectadas. Su uso se ha extendido también a la medicina deportiva para acelerar la recuperación de lesiones.

¿Cómo funcionan las terapias con ondas de choque?

Funcionan mediante la aplicación de ondas acústicas de alta energía en las áreas afectadas del cuerpo. Estas ondas penetran en los tejidos y promueven la regeneración y reparación de los mismos. El proceso estimula la circulación sanguínea y la producción de colágeno, lo que acelera la curación de tendones, ligamentos y músculos. Además, las ondas de choque pueden descomponer depósitos de calcio y reducir la inflamación, aliviando así el dolor y mejorando la movilidad de la zona tratada.

¿Cuánto tiempo dura la terapia con ondas de choque?

La duración de una sesión de terapias con ondas de choque suele variar dependiendo de la condición a tratar y la respuesta del paciente. Generalmente, cada sesión puede durar entre 15 y 30 minutos. El número total de sesiones recomendadas también puede variar, pero típicamente se sugieren entre 3 y 6 sesiones, espaciadas una semana entre cada una. Es importante seguir las indicaciones del profesional de salud para obtener los mejores resultados posibles.

¿Cómo prepararse para las terapias con ondas de choque?

Es importante evitar el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINEs) al menos una semana antes del tratamiento, ya que pueden interferir con el proceso de curación. Además, se debe informar al médico sobre cualquier condición médica preexistente o medicamentos que se estén tomando. Se aconseja usar ropa cómoda y suelta el día de la sesión para facilitar el acceso a la zona a tratar.

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Preguntas frecuentes

  • ¿Cuáles son las condiciones médicas que pueden tratarse con terapias de ondas de choque?

    Pueden tratar diversas condiciones médicas, entre ellas, la fascitis plantar, tendinitis del manguito rotador, epicondilitis lateral (codo de tenista), tendinitis aquílea, y calcificaciones en el hombro. También se utilizan en el tratamiento de la pseudoartrosis (fracturas que no consolidan) y la bursitis trocantérica (inflamaciones en la cadera). Estas terapias han demostrado ser efectivas en la reducción del dolor y la mejora de la funcionalidad en pacientes con estas afecciones, promoviendo la regeneración de los tejidos afectados.

  • Sí, existen algunos efectos secundarios asociados, aunque suelen ser leves y temporales. Los pacientes pueden experimentar dolor o molestias en el área tratada, enrojecimiento, hematomas o hinchazón. Estos efectos secundarios generalmente desaparecen en unos pocos días. En raras ocasiones, pueden presentarse complicaciones más serias, como daños en los tejidos o nervios, pero esto es poco común. Es importante seguir las indicaciones del profesional de salud y comunicar cualquier síntoma inusual después del tratamiento.

  • La cantidad de sesiones necesarias para ver resultados puede variar según la condición tratada y la respuesta individual del paciente. Generalmente, se recomiendan entre 3 y 5 sesiones, espaciadas una semana entre cada una. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar mejoría después de la primera o segunda sesión, mientras que otros pueden necesitar más sesiones para alcanzar los resultados deseados. Es importante seguir las indicaciones del profesional de salud y asistir a todas las sesiones programadas para obtener los mejores resultados posibles.

  • Los candidatos ideales son aquellos pacientes que sufren de condiciones musculoesqueléticas crónicas. También se recomienda para personas que no han obtenido alivio con tratamientos convencionales, como fisioterapia o medicamentos. Es fundamental que un profesional de la salud evalúe cada caso individualmente para determinar si esta terapia es adecuada, considerando el historial médico y las características específicas de la lesión o condición.

  • El tratamiento puede causar una leve incomodidad durante la sesión, pero generalmente no se considera doloroso. La intensidad de las ondas se ajusta según la tolerancia del paciente, y en algunos casos, se puede aplicar anestesia local para minimizar cualquier molestia. Después del tratamiento, es posible experimentar una ligera sensibilidad en la zona tratada, pero esto suele desaparecer en pocas horas o días. La mayoría de los pacientes encuentran el procedimiento tolerable y los beneficios superan cualquier incomodidad temporal.

  • El tiempo de recuperación después de una sesión puede variar según la condición tratada y la respuesta individual del paciente. Generalmente, se puede experimentar una leve molestia o inflamación en el área tratada durante unos días. Sin embargo, la mayoría de las personas pueden retomar sus actividades diarias normales casi de inmediato. Es importante seguir las recomendaciones del profesional de salud para optimizar el proceso de recuperación y obtener los mejores resultados del tratamiento.

  • Sí, puede combinarse con otros tratamientos para mejorar los resultados terapéuticos. Es común que se utilice junto con fisioterapia, ejercicios de rehabilitación y medicamentos antiinflamatorios. La combinación de tratamientos debe ser evaluada y supervisada por un profesional de la salud para asegurar que se adapte a las necesidades específicas del paciente y se maximicen los beneficios. Es importante seguir las indicaciones médicas y mantener una comunicación constante para lograr una recuperación óptima.