El control de crecimiento y desarrollo es un servicio esencial en la atención pediátrica que permite monitorear y evaluar el progreso físico y cognitivo de los niños desde su nacimiento hasta la adolescencia. Este seguimiento regular es crucial para detectar a tiempo posibles problemas de salud, trastornos del desarrollo o deficiencias nutricionales, y para implementar intervenciones adecuadas que promuevan un crecimiento y desarrollo óptimos. A través de consultas periódicas, se asegura que los niños alcancen su máximo potencial y se previenen complicaciones futuras.