Tengo un hijo de 19 años con síntomas de esquizofrenia y no quiere asistir al psiquiatra que puedo

Buenas tardes,
respondiendo a tu pregunta es muy importante que reciba algún tipo de valoración, ya sea por psiquiatría o por psicología. Hay dos síntomas que pueden delimitar si tu hijo padece un desorden primario del pensamiento (esquizofrenia) o un desorden secundario (psicosis tóxica), si los síntomas como alucinaciones están acompañados de algún tipo de consumo, es probable que sea una psicosis tóxica, sin embargo no se descarta que en la esquizofrenia pueda existir consumo, es de vital importancia recibir la valoración, debes tomar en cuenta que en este tipo de patologías el juicio de las personas se ve alterado, razón por la cual es probable que tu hijo no dimensione la magnitud de los síntomas. En la mayoría de ciudades de Colombia hay centros de salud mental a los que puedes acudir en medio de crisis psicóticas o estados en las que tu hijo pueda alterarse, puedes solicitar apoyo a familiares o en el peor de los casos a la ponal. Espero que te sea de ayuda.

Depende de lo que definas como "síntomas de esquizofrenia". Si se presentan alucinaciones, ideas delirantes o tiene comportamientos que representan un peligro para su seguridad o la de otros es vital llevarlo por urgencias o llamar una ambulancia. Bajo estos estados no son conscientes de sus necesidades y puede ser parte de la activación la reticencia a ir (ya que suelen creer que los van a secuestrar, o los están persiguiendo o cualquier otra extraña conjetura que encaje con su idea delirante). Si este no es el caso, igualmente el control o valoración por psiquiatría es vital y debe procurar persuadirlo. Se es que estresante forzar a alguien a ir al médico, pero es importante tener presente que una persona con esquizofrenia o síntomas de esquizofrenia muchas veces no es consciente de lo que le conviene.

Gracias por tu consulta que puede servir a otro padres y madres de familia.

En general la negativa a recibir ayuda psicologica o psiquiátrica, de debe a que la persona no es consciente de sus dificultades, o a que cree que nadie podrá ayudarlo o aunque quiere ayuda no esta seguro de cual es la mejor opción.

Una posibilidad es persuadirlo de asistir contigo a la consulta para que tu recibas ayuda psicológica y asi poder mejorar las relaciones con el y con la familia y tu propia tranquilidad, lo que ademas es una motivación válida.

También es de ayuda explorar las razones por las cuales no desea esa ayuda y ayudarle encontrarle soluciones a esas razones de forma que el mismo valide la necesidad y pertinencia de asistir al psiquiatra.

Es muy peligroso colgarle a un adolescente el marbete de enfermo mental, ya que después le será muy difícil quitárselo y probablemente pase a engrosar el listado de clientes de los productores de psicofármacos durante el resto de su vida. Seguramente ese diagnóstico de "síntomas de esquizofrenia" proceda del "doctor Google" o de opiniones no autorizadas de vecinos, amigos, etc. Si algo me ha quedado claro en mis años de aprendizaje y ejercicio profesional es que un niño o adolescente con síntomas psicológicos es siempre el emergente de la psicopatología de la familia. Esto quiere decir que cuando existe un "paciente designado" es porque toda la familia lo necesita así, y su conducta o sus síntomas reflejan la estructura inconsciente del grupo familiar. Por esto, el niño y el adolescente son muy difíciles de comprender aislados, sin tomar en consideración la familia. Las anteriores razones me han llevado a seguir una línea de conducta: cuando recibo llamadas por problemas de niños o adolescentes, siempre pido hablar primero con los padres, y según lo que ellos me transmitan me hago una opinión sobre lo que le pasa al menor y tomo, en cooperación con los padres, una decisión sobre qué es lo mejor que se puede hacer para ayudarles. Muchas veces basta con trabajar con los padres para que ellos recuperen su función natural de terapeutas de sus hijos. A veces es conveniente realizar un trabajo con todo el grupo familiar, o con un dispositivo determinado (madre-hijo, padre-hijo, etc.), según el caso. Por todo lo anterior, mi recomendación es consultar a un psicoanalista, y en ningún caso obligar al joven a pedir una cita que ni quiere ni le interesa.

Hola, para este tipo de caso se trabaja de la mano con psiquiatría y psicología, por esta razón te invito a que le agendes a tu hijo una consulta psicológica conmigo para ayudarlo en su tratamiento y a que retome su trabajo con psiquiatría, estoy a su disposición y con gusto lo atenderé.

Te invito a que le abras las puertas de Terapias Holísticas, de repente pueda sentirse más atraido y seguro para a mejorar su salud a través de las mismas. Una vez crea en el proceso y se sienta comprometido, lo podrás llevar consientemente a las Terapias Convencionales de Psicología Cognitivo - Conductual y Sistémico del proceso.

Querida consultante...
Entiendo que puede ser difícil. Es importante mantener la comunicación abierta con tu hijo. Explícale con empatía la importancia de buscar ayuda profesional para comprender y abordar los síntomas. Puedes ofrecerle tu apoyo acompañándolo a la cita o hablando primero con un psicólogo para discutir sus preocupaciones. Recuérdale que el tratamiento puede mejorar su calidad de vida y brindarle herramientas para enfrentar los desafíos. Estoy aquí para apoyar a ambos en este proceso.

Le recomiendo que ante la situación que describe, pueda usted recibir orientación y asesoría psicológica, primero para garantizar cuidado al cuidador (su salud mental) y segundo, para desarrollar estrategias de comprensión, sensibilización y abordaje en casa, quizá así en algún momento su hijo decida también consultar con un profesional ya sea del área de psicología o psiquiatría.

Buen Dia
La aistencia al profesional de la salud es fundamental para el mejoramiento de la calidad de vida, por tal motivo hacer acuerdos con èl para que vaya a revision medica es una tarea que debe hacerse desde la comprension y la paciencia, considerando sus preferencias, mostrando los beneficios de esta visita y acompañandolo de acuerdo a lo necesite.

Dentro de los casos complejos que implica la esquizofrenia, hay una resistencia notable a la aceptación de la enfermedad. Esta resistencia se debe, en gran parte, a la misma condición sintomatológica, que incluye delirios y alucinaciones, impidiendo que el paciente reconozca su propia enfermedad. Por lo tanto, es complicado que el paciente tome la iniciativa de buscar un tratamiento ambulatorio para su esquizofrenia.

No se trata de forzar un tratamiento, pero es crucial que usted, como madre, se psicoeduque para poder desarrollar estrategias terapéuticas adecuadas. La psicoeducación le proporcionará las herramientas necesarias para entender la enfermedad y apoyar al paciente de manera efectiva.

El primer paso es formarse en una psicoeducación adecuada para poder llevar al paciente a un triaje inicial, donde se le diagnostique y se le proporcione un tratamiento psicofarmacológico. Los antipsicóticos son esenciales en el manejo de la esquizofrenia, ya que ayudan a reducir los síntomas positivos y negativos de la enfermedad. Una vez que el paciente comienza a recibir tratamiento y experimenta una mejora en los síntomas, es más probable que acepte su condición y continúe con el tratamiento, mejorando así su adherencia.

Fundamentación:

1. La falta de conciencia de la enfermedad, conocida como anosognosia, es común en pacientes con esquizofrenia y dificulta la aceptación y el tratamiento (Amador & David, 2004).

2. La psicoeducación ha demostrado ser efectiva para mejorar el conocimiento de la enfermedad y las habilidades de afrontamiento en los familiares, lo que a su vez mejora el apoyo al paciente (Pitschel-Walz et al., 2006).

3. Desarrollar estrategias adecuadas basadas en la psicoeducación puede facilitar la motivación del paciente para buscar y adherirse al tratamiento (McFarlane et al., 2003).

4. El diagnóstico temprano y el tratamiento con antipsicóticos son cruciales para estabilizar al paciente y mejorar su pronóstico a largo plazo (Leucht et al., 2012).

5. La adherencia al tratamiento mejora significativamente cuando el paciente experimenta una reducción en los síntomas y una mejora en su calidad de vida (Kane et al., 2013).