tengo 20 años, tomo pregabalina (150mg), quetiapina(100mg), trazadona (50mg), y fluvoxamina(100mg) e
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tengo 20 años, tomo pregabalina (150mg), quetiapina(100mg), trazadona (50mg), y fluvoxamina(100mg) en las noches para dormir, pero a pesar de ello lo más temprano que logro dormir es a la 1am, porque cuando intento dormirme más temprano, mi cerebro piensa que no podré dormir solo por ser más temprano y me cuesta relajarme y dormir, queria saber que puedo hacer y si mi reloj biológico se desajustó para siempre y no volveré a dormir bien? ayuda por favor
Hola :)
Comprendo perfectamente lo que estás viviendo. Los pensamientos intrusivos suelen ser protagonistas en estos momentos de quietud, cuando llega la noche y no hay tanto ruido o distracciones alrededor como en el día. Es común que el cerebro, en ese silencio, comience a hacer eco de situaciones o preocupaciones que quizás durante el día pasan desapercibidas, lo que puede dificultar el descanso.
Por ello, es fundamental aprender a escuchar tu cuerpo y, de la mano de un profesional, profundizar en el origen de estos pensamientos para manejarlos de manera saludable. La terapia psicológica puede ofrecerte una guía eficaz para trabajar en este proceso y fortalecer el equilibrio entre mente y cuerpo. Además, a través de este apoyo, podrás evaluar si los tratamientos actuales están siendo efectivos o si, en conjunto con tu médico, es necesario algún ajuste en la dosificación.
Aparte de lo mencionado, hay algunas prácticas de higiene del sueño que pueden serte útiles para mejorar la calidad de tu descanso:
Establecer una rutina regular de sueño: Intenta irte a la cama y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, para regular tu reloj biológico.
Limitar las pantallas antes de dormir: La luz azul de los dispositivos electrónicos interfiere con la producción de melatonina, la hormona del sueño. Intenta desconectarte al menos 30-60 minutos antes de acostarte.
Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu habitación sea tranquila, oscura y fresca. Considera usar tapones para los oídos, una máscara para los ojos, o incluso sonidos relajantes si el ambiente lo requiere.
Evitar estimulantes: Intenta reducir el consumo de cafeína, nicotina y alimentos pesados en las horas previas a dormir. Estos pueden interferir con la capacidad de relajarte y conciliar el sueño.
Relajación antes de acostarte: Practica actividades relajantes, como la meditación, la respiración profunda o incluso leer un libro tranquilo para calmar tu mente antes de dormir.
Veo que estás tomando varios medicamentos en dosis nocturnas que, en principio, ayudan a facilitar el sueño. Sin embargo, el hecho de que el sueño te llegue muy tarde a pesar de ellos sugiere que probablemente tu mente y cuerpo se han acostumbrado a una rutina en la que el sueño ocurre en un horario más tardío. Esta adaptación no es necesariamente permanente, y con algunos cambios puedes ayudar a tu reloj biológico a regularse de nuevo. No es ningún desajuste permanente. Todo lo que le enseñas a tu cuerpo y lo conviertes en tu rutina, cambia tus hábitos y moldea tu vida.
Hay muchas herramientas y protocolos para ayudarte a encontrar un descanso más reparador.
¡Ánimo! Saludos, Claudia Santoliva
Comprendo perfectamente lo que estás viviendo. Los pensamientos intrusivos suelen ser protagonistas en estos momentos de quietud, cuando llega la noche y no hay tanto ruido o distracciones alrededor como en el día. Es común que el cerebro, en ese silencio, comience a hacer eco de situaciones o preocupaciones que quizás durante el día pasan desapercibidas, lo que puede dificultar el descanso.
Por ello, es fundamental aprender a escuchar tu cuerpo y, de la mano de un profesional, profundizar en el origen de estos pensamientos para manejarlos de manera saludable. La terapia psicológica puede ofrecerte una guía eficaz para trabajar en este proceso y fortalecer el equilibrio entre mente y cuerpo. Además, a través de este apoyo, podrás evaluar si los tratamientos actuales están siendo efectivos o si, en conjunto con tu médico, es necesario algún ajuste en la dosificación.
Aparte de lo mencionado, hay algunas prácticas de higiene del sueño que pueden serte útiles para mejorar la calidad de tu descanso:
Establecer una rutina regular de sueño: Intenta irte a la cama y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, para regular tu reloj biológico.
Limitar las pantallas antes de dormir: La luz azul de los dispositivos electrónicos interfiere con la producción de melatonina, la hormona del sueño. Intenta desconectarte al menos 30-60 minutos antes de acostarte.
Crear un ambiente relajante: Asegúrate de que tu habitación sea tranquila, oscura y fresca. Considera usar tapones para los oídos, una máscara para los ojos, o incluso sonidos relajantes si el ambiente lo requiere.
Evitar estimulantes: Intenta reducir el consumo de cafeína, nicotina y alimentos pesados en las horas previas a dormir. Estos pueden interferir con la capacidad de relajarte y conciliar el sueño.
Relajación antes de acostarte: Practica actividades relajantes, como la meditación, la respiración profunda o incluso leer un libro tranquilo para calmar tu mente antes de dormir.
Veo que estás tomando varios medicamentos en dosis nocturnas que, en principio, ayudan a facilitar el sueño. Sin embargo, el hecho de que el sueño te llegue muy tarde a pesar de ellos sugiere que probablemente tu mente y cuerpo se han acostumbrado a una rutina en la que el sueño ocurre en un horario más tardío. Esta adaptación no es necesariamente permanente, y con algunos cambios puedes ayudar a tu reloj biológico a regularse de nuevo. No es ningún desajuste permanente. Todo lo que le enseñas a tu cuerpo y lo conviertes en tu rutina, cambia tus hábitos y moldea tu vida.
Hay muchas herramientas y protocolos para ayudarte a encontrar un descanso más reparador.
¡Ánimo! Saludos, Claudia Santoliva
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Querida Farmacia Ambulante: Dejando a un lado este tremendo problema, que al parecer usted y sus médicos crearon con la mejor voluntad, conviene que hagamos algunas precisiones sobre su situación. Lo primero es que usted en realidad nunca duerme, sino que las drogas le ocasionan un nocaut igual al que le produciría un garrotazo en la cabeza. Lo otro es que su cerebro no piensa nada, como cree usted, sino que una parte de su personalidad intenta obligar a la otra a dormir por la fuerza y a las malas, pasando por alto los más elementales principios de higiene del sueño. Uno jamás debe acostarse sin sueño, porque debe haber una fuerte asociación entre la cama y el placer de dormir y descansar. Parece que para usted el dormir es un infierno y un castigo, y con esto ya tiene el año perdido porque el instinto de conservación obliga a permanecer vigilante en situaciones de amenaza. Para no extenderme, le recomiendo tres cosas: 1) buscar un médico que le ayude a curarse de su adicción a las drogas; 2) iniciar un programa estricto de higiene del sueño que no es del caso explicar aquí, y 3) buscar un tratamiento a fondo de la personalidad, es decir, un psicoanálisis, para entender cuáles son las amenazas vitales que la la mantienen en pie de lucha. ¡Feliz noche!
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