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La importancia de una concepción más amplia y asertiva sobre la salud mental.
Ante el crecimiento exponencial del fenómeno del suicidio, se hace imperiosa la necesidad de instaurar en la conciencia colectiva una concepción mucho más asertiva sobre la salud mental. Dicha concepción debe contemplar una multicausalidad, junto a una multidimensionalidad del individuo en el que surgen las ideaciones y gestos suicidas.
Como sociedad, debemos asumir una responsabilidad en la construcción de la fenomenología del suicidio, pero también en la prevención de este. Esta prevención no debe basarse en una visión motivacional, sino en condiciones dignas de vida. Es fundamental edificar la prevención desde la crianza asertiva y no violenta en los niños, reduciendo el contacto con figuras presas por el consumo problemático de sustancias.
Es necesario establecer un abordaje correcto y preventivo del abuso sexual infantil, permitir que el individuo tenga acceso a un desarrollo digno en los aspectos materiales y generar vías de autodesarrollo. Todo esto debe ir acompañado de una formación sistemática en estrategias de afrontamiento de la realidad a través de una gestión sana de las emociones.
Debemos estructurar una visión más saludable de la realidad, lejos de la "happycracia" que nos hace tanto mal.
El peligro del reduccionismo en la salud mental.
Un discurso reduccionista se ventila a través de las redes sociales, donde ahora todos se atreven, desde el desconocimiento, a dar opiniones sobre salud mental. Este discurso es reforzado también por los sesgos instaurados, incluso por profesionales con formación formal en el área de la salud.
Debemos alejarnos del pensamiento mágico que pretende que "querer es poder". En su lugar, debemos instaurar una concepción que mire el fenómeno del suicidio con la complejidad que se debe y nos concientice en generar los canales adecuados para que quienes sufren reciban atención multidisciplinaria.
La importancia de una formación integral en salud mental.
Parte del cambio gradual y sistemático en torno no solo al fenómeno del suicidio, sino a todo lo que compete al área de la salud mental, está en formar adecuadamente a todos los profesionales que se abocarán al tema de la salud mental. Esta formación debe contemplar las condiciones psicológicas desde una perspectiva materialista que englobe las condiciones genéticas, biológicas y los entornos contextuales de tipo social en donde crece el individuo.
Desde allí, se debe promover la unificación de marcos multidisciplinarios para la prevención, contención y monitoreo.
Capacitación y normalización de conceptos sobre salud mental.
El segundo y significativo paso es la capacitación y normalización de conceptos sobre salud mental en las redes comunitarias, las cuales serán redes de prevención, captación, divulgación y un ente de orientación y derivación.
Un mundo empático que tenga capacitación y no solo buenas intenciones es posible. Sin embargo, se necesita que todos demos un paso al frente y entendamos que la salud mental es responsabilidad de todos.
19/11/2024